Seguro que muchos habéis escuchado ya que un buen líder, nace, y lo cierto es que esta frase puede tener algo de razón. Sin embargo, es cierto que también podemos ir aprendiendo con los años y la experiencia. Así como con formación en la materia…

Y es que hay muchos profesionales que disponen de múltiples habilidades y conocimientos, pero no consiguen convertirse en la persona que otros quieren seguir, en un buen líder. Pero, el liderazgo puede ser alimentado y desarrollado.  Por eso queremos dejarte 10 consejos que creemos que te ayudarán.

Permite intervenir a los trabajadores

Asumir la responsabilidad y convertirte en parte importante de un equipo motiva a trabajar más rápidamente y ser más atrevidos. Por eso permite a tus trabajadores intervenir en decisiones importantes.

Atrévete a decir no sé

Un buen líder tiene que decir en alguna ocasión esta frase y es que incluso los más sabios, tienen que decir en ocasiones no sé… Fingir que sabes de todo, te pondrá en una mala posición; y es que a nadie le gusta un sabelotodo que piensa que es mejor que todos los demás. Admitiendo nuestras limitaciones estamos demostrando que somos humildes y cercanos.

Un buen líder escucha a los trabajadores

Les pregunta por su opinión. La transparencia y la mentalidad abierta hacen que los compañeros de equipo se sientan respetados y validados, lo que puede llevar a una mejor colaboración y un mayor rendimiento.

Comunica con empatía

En lugar de señalar sus errores de manera directa y fría, comunícate  positivamente e informa a los empleados sobre una situación, acercándoles una vivencia personal similar para que puedan aprender la lección sin sentirse públicamente expuestos y humillados.

Enseña y forma a tus trabajadores

Sé un líder desinteresado que espera ardientemente lo mejor para tus compañeros de equipo. La retroalimentación precisa y sincera ayuda, y los compañeros de equipo siempre te estarán agradecidos.

Deja que tus empleados caigan en sus propios errores

Un buen líder anima a su equipo a aprender de sus errores permitiéndoles caer en ellos… Y es que la manera en que un equipo define el éxito y el fracaso determina su logro a largo plazo.

Reflexiona sobre las acciones

La reflexión es la clave del éxito. Pregunta a tu equipo qué han aprendido de ti, y pregúntate tú mismo que has aprendido de los demás…

Hazte preguntas

Una vez hayas llevado a cabo alguna acción pregúntate sobre las consecuencias, el por qué de las cosas. Contemplar cómo suceden las cosas o si el resultado ha sido el esperado, puede hacer que tú y tu equipo os acerquéis más al objetivo final.

Pregúntate acerca de quién eres realmente tú

Reflexionar sobre tu posición y tus deberes, es siempre importante. Deberás organizar equipos de profesionales de todos los estilos, es por ello que tú papel como buen líder es administrar y apoyar a las personas.

Y, plantéate la siguiente cuestión: ¿Quién debería ser yo?

Piensa en qué te gustaría convertirte y esfuérzate por ser esa persona que quieres ser…