El hygge o la felicidad nórdica

Seguro que ya has experimentado muchas veces esa sensación de felicidad cuando llega la hora de salir del trabajo el viernes y tienes planeada una escapada con amigos y/o familia… Esa sonrisa que recorre tu cara cuando estás a punto de que llegue un puente, o tus tan ansiadas vacaciones…
Esa sonrisa que se nos pone en la cara de manera permanente cuando estamos a puntito de coger un vuelo a ese destino tan deseado… O cuando nos vamos simplemente de casa rural con nuestros amigos, nuestra pareja, hijos… Pues bien, a esto le han puesto un nombre, y se llama hygge, o la felicidad nórdica, ya que describe de alguna manera la manera de vivir de los nórdicos.
Y es que las grandes ciudades nórdicas, Copenhague, Estocolmo, Oslo, Helsinki y Reykjavik se han posicionado en los primeros puestos de los rankings en felicidad y paz. Mucho tiene que ver, seguro el movimiento que han lanzado, el “slow” como una forma de vida que les ayuda a sobrellevar la astenia tan típica de la estación otoñal.
Principales características del hygge
Así, si quieres unirte a este nuevo movimiento, el hygge, tienes que saber que a grandes rasgos se trata de disfrutar de las pequeñas cosas, y tener la felicidad como máxima; más como una actitud que como un estado. Se trata de disfrutar de comer con la familia, echar la siesta, de leer un libro con tus hijos, tomar una cerveza con los amigos… Es decir, de los pequeños placeres que nos puede dar un día.
Otra de las características de este movimiento es compartir con la gente a la que quieres; y es que la generosidad viene directamente relacionada con la felicidad. Otra de las máximas que siguen nuestros amigos nórdicos… Y que les va muy, pero que muy bien.
Por otra parte, seguir algunos de estos pasos, también os ayudarán a conseguir vuestros objetivos: busca tiempo, abre tu casa a tus amigos y familia (organiza comidas, cenas, etc.), consigue buenos ambientes, y trata de conseguir un momento de relax al final del día.
Así, os animamos a que sigáis el hygge como máxima en vuestra vida… Que tratéis de dejar los problemas en el trabajo, y lleguéis a casa para disfrutar de los vuestros y de los pequeños detalles. Que sepáis disfrutar de las pequeñas cosas y no os volváis locos tratando de resolverlo todo hoy… Y, ¿cómo no?, que viajéis, conozcáis nuevos lugares y os enriquezcáis con las culturas de otros sitios… En definitiva, que hagáis turismo, porque esto es el verdadero movimiento de la felicidad.